El estrés universal

Del mismo modo que los adultos, los niños también tienen dificultades con el estrés. Para los adultos, la infancia puede parecer una época libre de preocupaciones. Pero aspectos como ir al colegio, la vida social y conflictos en sus familias a veces generan presiones que pueden resultar abrumadoras para algunos niños.


Como padres o educadores, nuestro papel no debería ser librarles de estas situaciones. Por su puesto, como ya hemos hablado en otros post, una cierta cantidad de estrés es normal. Es habitual sentirse estresado al comenzar la escuela, o con las perspectivas de un examen importante. La clave para ayudar a los niños a manejar el estrés tiene que ver con enseñarles a resolver sus problemas, planificar y saber cuándo decir no a las diversas actividades y compromisos.

niño libros

A continuación te dejo algunos consejos para ayudar a los niños a manejar el estrés con éxito:

1. Reducir la sobreactividad: Uno de los mayores factores de estrés para los niños. Hoy se espera que presten atención y trabajen en la escuela durante siete horas, sobresalgan en las actividades extracurriculares, vuelvan a casa, terminen la tarea y vayan a la cama para volver a hacerlo de nuevo al día siguiente. Pero ¡¿dónde queda el tiempo de inactividad o relax para los niños?!

Hace unos meses se lanzó una campaña para «racionalizar los deberes escolares»  que incluyó el vídeo del comienzo de este post, que invita a reflexionar sobre la calidad de nuestra enseñanza y el modo en el que entendemos nuestro sistema educativo.

Los niños también necesitan ese tiempo de inactividad. Sus cerebros y cuerpos necesitan descansar, y ellos no pueden darse cuenta de esto por sí mismos. Así que tendremos que asegurarnos de que en la agenda de actividades de los pequeños haya tiempo de descanso.

2. Dedicar un tiempo a jugar. Realizar actividades en las que no exista la presión o la competencia. Los niños más pequeños suelen hacer esto de forma natural. Pero los de más edad pueden olvidar cómo jugar. Combinar juego con actividad física es muy sencillo y fundamental para el bienestar.

3. Hacer del sueño una prioridad. El sueño es vital para todo, desde reducir el estrés hasta impulsar el estado de ánimo o mejorar el rendimiento escolar. Si tu hijo no está durmiendo lo suficiente puede ser una señal de alerta de que está demasiado atareado. Una vez más, reducir los compromisos suele ayudar. También es útil hacer hincapié en la importancia del sueño y en la creación de un entorno favorable a él. Cuando tus hijos eran bebés seguramente estableciste una rutina de sueño (baño, masaje, cena y cuna). La rutina es el mejor remedio para conciliar el sueño y los niños la pierden si no se les fomenta. Recupera alguna de aquellas o enséñales alguna nueva.

escuchar cuerpo niña

4. Enseña a tu hijo a escuchar su cuerpo. Ésto es comprender su propio cuerpo y el significado del estrés. Si bien es normal que el estómago de los niños se sienta nervioso en el primer día de escuela, salir de clase con dolor de estómago o despertarse varias veces con dolor de cabeza es un signo de que hay demasiadas cosas.

5. Manejar nuestro propio estrés. Es estrés es muuuy contagioso. Cuando lo adultos de su alrededor están estresados, los niños también se estresan. Si la familia está viviendo en un ambiente poco estructurado el niño lo notará de inmediato. Es importante servir de modelo a tus hijos para que lleguen a afrontar con eficacia el estrés.

6. Preparar para hacer frente a los errores. Gran parte del estrés en niños y adolescentes proviene del miedo a cometer errores. Hay que recordarles que no se espera de ellos que lo hagan todo bien. Además, si bien es cierto que tomar buenas decisiones es una habilidad importante, lo es mucho más aprender a recuperarse de una mala decisión.

enfado niño

7. Hablar sobre sentimientos. Comenta los sentimientos que cree que podría estar experimentando el niño, cuando le veas nervioso o preocupado por algo. Sentirse comprendido y escuchado ayudará al niño a verse apoyado, lo que es especialmente importante en momentos de estrés. Por ejemplo diciéndole «no me extraña que te enfadaras si no te dejaron jugar» «debe haberte molestado bastante»

8. Llamar a las cosas por su nombre. De igual modo al hablar sobre sentimientos y emociones muchos niños (y adultos) requieren que se les ayude a ponerlas nombre. Identificar las emociones (frustración, enfado, ansiedad, ira…) ayuda a los niños a comunicarse y adquirir autoconciencia emocional. Los estudios han revelado que los niños que son capaces de hacerlo son menos impulsivos y se comunican con menos ira.

9. Pensar en cosas a llevar a cabo. Si existe un problema específico que le está provocando estrés al niño, hablad  juntos sobre qué hacer. Anímale a pensar en ideas al respecto (lluvia de ideas) pero no les hagamos todo el trabajo. La participación activa del niño le ayudará a construir confianza en sí mismo. Apoya las buenas ideas y aporta ideas complementarias en caso necesario. Puedes hacer que reflexione preguntándole ¿cómo crees que funcionaría esa solución que planteas?

mindful niños

Los adultos no pueden, ni deberían aunque pudieran, resolver todos los problemas de los niños a lo largo de la vida. Pero podemos enseñarles estrategias de afrontamiento saludables, prestándonos a la vez como apoyo incondicional y desarrolladores de su vida. Enseñemos que meter la pata es parte del proceso.

Crecer es equivocarse. Un error es una excelente oportunidad para aprender y avanzar.

Ester Pérez Rueda

Psicóloga, Terapeuta y Life Coach

 

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